La civilización china es tan antigua que su rastro se pierde en la niebla del tiempo. Según la tradición oral transmitida de una generación a otra durante milenios, su cultura y su civilización surge -hace entre 5000 y 6000 años- en la cuenca del río Amarillo o Huang He a partir de sus tres emperadores fundadores: Fuxi, Shennong y Huang, al que se conoció como el Emperador Amarillo.
Sin embargo, los documentos escritos que se conocen sitúan los orígenes de la civilización china hace unos 3500 años a partir de las dinastías Xia, Shang y Zhou.
A la civilización china la humanidad tiene que agradecerle las grandes aportaciones con las que contribuyeron al progreso humano.
El origen del papel en la civilización China
Los primeros prototipos de papel, tal y como los conocemos hoy, proceden de la obtención que lograban los chinos después de utilizar trapos de seda y más tarde la corteza de morera, luego el bambú y el cáñamo y, posteriormente, el papel de arroz.
El procedimiento para obtener el papel consistía en empapar las materias primas con agua hasta reblandecerlas. Después las hervían y luego las trituraban hasta lograr una pasta. En esta masa se introducía malla de bambú que, al secarse, quedaba recubierta por una fina película fibrosa. El final del proceso concluía con la extracción del agua de la malla y su secado sobre piedras calientes.
La imprenta y sus comienzos en la civilización China
La imprenta es otro de los inventos que debemos agradecer a China Si bien fue Johannes Gutenberg el que en el siglo XV quien revolucionó y popularizó la imprenta moderna, ya en el siglo II se comenzaron a grabar documentos con textos e imágenes en planchas de madera que, siguiendo un sistema de presión que marcaba la tinta china depositada en la madera, conseguía después ser transferido al papel.
La brújula y la porcelana, también invenciones chinas
Las primeras brújulas también fueron ideadas por los chinos como herramienta para predecir el futuro inspirado en el arte del Feng shui, que aventuraba cuáles eran los mejores sitios para vivir o construir una casa.
La porcelana. Nada más valioso para decorar un salón que un jarrón chino. Los objetos elaborados con porcelana representan una muy rentable forma de comercio, los cuales también tiene su origen en el país asiático desde hace miles de años.
Podríamos datar las primeras creaciones de objetos de Porcelana en la época de la dinastía Shui (581-617), sin embargo su expansión llegaría en los años siguientes en la época TAng. Marco Polo la descubrió en uno de sus viajes, pero no llegaría hasta Occidente hasta mediados del siglo XIV.
Durante años se trató de conseguir la “receta” de la fabricación de Porcelana que los chinos jamás quisieron regalar. Por ello se intentó durante siglos encontrar un material similar. No obstante, hasta 1708 no se logró lo que hoy conocemos como la verdadera Porcelana fruto de la ardua labor del químico alemán Friedrich Böttger.
Las primeras dinastías
La civilización y la historia china se puede dividir en dos etapas diferenciadas: la antigua y la imperial. En la etapa antigua surgieron las primeras dinastías de Xia, Shang y Zhou:
La Dinastía Xia surgió desde el año 2100 a C. a 1600 a C., nació junto a las aguas que bañan el Río Amarillo, y son dos los grandes méritos que se le reconocen. Por un lado puso fin a las frecuentes guerras que tenían lugar entre la tribu Xia y la tribu Chi You, y por el otro ayudó a combatir los grandes problemas de la región con los desbordamientos de agua del río.
El Río Amarillo y su importancia para la civilización China
Esta enorme extensión de agua de 5.464 kilómetros de longitud que nace en las Montañas de Bayan Har fue uno de los grandes quebraderos de cabeza de la región que estaba acostumbrada a sufrir numerosas catástrofes por su desbordamiento continuo.
Su nombre tiene su origen en la gran cantidad de barro que se acumula en el fondo, lo cual acaba dotándolo de un tono marrón claro que en función de la hora puede parecer amarillo. Su gran extensión y la fertilidad de las tierras colindantes, le llevó a ser uno de los grandes referentes del país, siendo esencial a la hora de recoger agua para alimentar a los ganados y regar los cultivos.
Por todo ello lograr domar el río fue uno de los grandes logros de la Dinastía Xia. Esto, sin embargo, no resultó nada fácil. En un primer momento se ordenó construir grandes diques para bloquear el camino del agua. Este proceso se prolongó durante nueve años pero fracasó estrepitosamente porque las inundaciones eran cada vez más fuertes.
El hijo de Gun, Yu, encargado de llevar a cabo el primer intento por detener las continuas inundaciones, trató de terminar con éxito el trabajo que su padre nunca logró. Su estrategia, bien distinta a la de su padre. En lugar de crear grandes diques, lo que pensó fue crear grandes canales para llevar el río hacia el mar y evitar el desbordamiento por exceso de agua.
El proceso duró un total de 13 años y la gente estaba tan satisfecha con su perseverancia que incluso tribus totalmente ajenas también se unieron a la causa para detener finalmente las inundaciones.
El auge de la Dinastía Xia tras haber controlado el Río Amarillo
Teniendo en cuenta que las inundaciones eran devastadoras, el haberlas controlado provocó un aumento de la producción agrícola. El poder de la Dinastía Xia era cada vez mayor pero había otro problema sin resolver. La tribu Sanmiao, quien abusaba de las tribus fronterizas continuamente.
En ese momento, Yu formó un ejército y les llevó a combatir con ellos, algo que hicieron y acabaron por derrotarles. Su éxito, no hizo más que aumentar el poder de estos en el territorio. Shun, debido a su vejez, dejó el trono en manos de Yu, dando por comienzo la denominada dinastía Xia.
Sin embargo, cuando estaba cerca de su muerte, Yu omitió al candidato más preparado y cedió el puesto a su hijo, Qí, creando un precedente en el que el mandato iba pasando de padres a hijos.
El fin de la Dinastía Xia
Las memorias históricas de Sima Qian habla de que fueron 17 los reyes que gobernaron bajo el trono de esta dinastía. El último de ellos fue Jie, quien era considerado por muchos como un rey corrupto.
Jié estaba enamorado de Mo Xi (también conocida como Mei Xi), era una mujer muy bella pero carecía de toda virtud. Le encantaba la bebida y la música y era mala de corazón. En una ocasión mandó construir un lago de vino y, una vez completado ordenó beberlo hasta secarlo a 3.000 hombres. Cuando todos estos, estando borrachos cayeron al agua y se ahogaron, nada hizo para sacarlos, sino que, por el contrario, le pareció muy gracioso y lo iba contando muy entretenido y riéndose de ellos.
Por aquel entonces, todos los ciudadanos debían pagar anualmente los impuestos al Rey. Shang Tang, uno de los vasallos de Jié, estaba escandalizado de las acciones de su gobernante, de ahí que no solo no le guardaba ningún respeto sino que iba por los pueblos advirtiendo de que Xiá Jié maltrataba a su pueblo, algo que le valió para ir ganando partidarios.
Una vez había alcanzado apoyos suficientes decidió que era el momento de pasar a la acción y cuando el rey le reclamó pagar los impuestos el se negó. Ese año, pese al enfado inicial del Rey, no ocurrió nada. Sin embargo, cuando al año siguiente volvió a negarse, mandó a otros vasallos tomar las armas e ir tras él. Estos se negaron, lo cual animó a Shang Tang a emprender acciones contra él.
Unos años después, en la batalla de Míngtiáo, el jército de Xia Jié fue derrotado, poniendo fin a la Dinastía Xiá y dando por comienzo la Dinastía Shang.
La Dinastía Shang y el reinado de Shang Tang
La Dinastía Shang (1660 a C – 1100 a C), conocida también como la dinastía Yin, es la primera cuya existencia está documentada. Uno de los rasgos que lo caracterizó fue la costumbre de sus habitantes de utilizar caparazones de tortuga o huesos de buey para aventurar el porvenir.
Durante su época su reinado estuvo muy bien valorado por todos. Su estrategia fue la de bajar los impuestos y construir el palacio de Xia Jié en memoria de su predecesor.
Los problemas, en cambio, llegaron con las largas sequías que acompañaron los primeros años del reinado que llevaron a las familias más pobres a tener incluso que vender a sus propios hijos para poder sobrevivir.
Dicho problema lo solucionó mandando a imprimir monedas de oro que fue repartiendo entre las familias más pobres que podrían recuperar a sus hijos con ese dinero y tener además algo con lo que vivir.
Wai Bing y Zhong Ren hijos de Tang primeros sucesores de la Dinastía Shang
Tras la muerte de Shang Tang y teniendo en cuenta de que el hijo mayor Tai Ding había fallecido prematuramente, el segundo hijo de Shang fue el encargado de sucederle. Sin embargo su mandato apenas duró dos años ya que falleció y tuvo que ceder el trono a su hermano menor, Zhong Ren.
Si bien las inscripciones hayadas en los huesos oraculares han cuestionado que haya sido uno de los reyes Shang, históricamente siempre había sido dado por cierto. Gobernó durante cuatro años hasta que también falleció y su lugar lo ocupó el nieto de Shang y sobrino de Zhong Ren, Tai Jia.
Según las memorias históricas, en total fueron 30 los reyes que tuvo la Dinastía Shang. El que más años estuvo en el poder fue Tai Wu quien estuvo allí durante 75 años. El último en gobernar fue Di Xin, conocido a nombre póstumo como Rey Zhou o Zhou Xin.
Los problemas de la Dinastía Shang que le hicieron perder el reinado
Al igual que le pasó a Xia Jié en la Dinastía Xia, el último mandatario de la Dinastía Shang fue un Rey que vivía siempre entre mujeres y alcohol. Hizo caso omiso a los asuntos del estado y abandonó por completo el gobierno.
Se dedicaba a organizar orgías multitudinarias y, como si de un paralelismo casi idéntico, en aquella ocasión también había una malvada mujer que ejercía de influencia negativa. En este caso era Daji, la consorte de Di Xing. Cuentan que su belleza estaba fuera de toda duda y, para complacerla, Xing llegó a realizar todo lo que ella le pedía.
En una ocasión le construyó un zoológico al que llenó de animales exóticos y pájaros. En otra ocasión, al igual que hizo Jié, construyó un lago artificial de vino, así como un bosque de carne. El bosque estaba plagado de árboles que en sus ramas en lugar de hojas tenían carne asada y los invitados a la fiesta (más de 3.000 hombres) podían degustarlas a su gusto o nadar en el río de vino en botes.
Una de las concubinas del Xing protestó al no gustarle lo que estaba pasando y, sin pensárselo dos veces, el rey la mandó matar y su padre fue descuartizado por la misma causa. La carne fue asada y sirvió de alimento a los vasallos del rey.
La malvada mujer de Di Xing, adoraba escuchar a otras personas gritar mientras eran maltratadas. Un día, ordenó que le cortaran los pies a un campesino después de verle caminar encima del hielo y querer estudiar cómo era posible que resistieran tanto esas bajas temperaturas.
En otra ocasión decidió abrir a una embarazada a punto de dar a luz en canal para ver qué había exactamente dentro, mientras que más adelante le quitó el corazón al ministro Bi Gang, tío del rey para observarlo con detenimiento y saber si el refrán “el corazón de un hombre bueno tiene siete aberturas”, era realmente cierto o no.
No obstante, si por algo es conocido Daji es por la forma de tortura que inventó ella misma y que consistía en calentar enormemente enormes cilindros huecos de bronce. Los torturados eran obligados a caminar lentamente sobre estos cilindros y, como quemaban tanto, tenían que ir saltando de uno a otro hasta que, extasiados del cansancio, se rendían y morían abrasados. Ella y su marido, el Rey Di Xing, los miraban desde lejos mientras se reían a carcajadas.
Costear todos estos gastos desorbitados tenían un alto precio que pagaban los ciudadanos con impuestos cada vez mayores. Fue considerado como uno de los ejemplos de corrupción más claros de la historia y de ahí que tras su muerte fuera llamado como Zhou, un nombre peyorativo que representa acciones deshonrosas y desalmadas.
La batalla de Muye y el comienzo de la dinastía Zhou
Estando Di Xin muy ocupado con su vida personal con Da Ji, hizo caso omiso al surgimiento de los Zhou, un clan gobernado por el Rey Wen, vasallo de los Shang que era utilizado para proteger su retaguardia.
El peso cada vez mayor del Rey Wen era evidente, tanto fue así que incluso llegó a ser encarcelado. No obstante, al no encontrar pruebas concluyentes de que estaba en contra suya lo dejó en libertad.
Mientras tanto, Wen preparaba su ejército para tratar de arrebatar el poder a Di Xin, pero, antes de lograrlo, falleció, por lo que la ofensiva contra Shang tuvo que hacerse esperar.
Su sucesor, el Rey Wu de Zhou, siguió los pasos de su padre y, unos años más tarde, teniendo el apoyo de la ciudadanía, se atrevió a atacar al ejército imperial en la Batalla de Muye.
El ejército contaba con aproximadamente 50.000 hombres muchos menos que los 530.000 hombres con los que contaba Di Xin. Sin embargo, Xin no quiso correr riesgos, de ahí que optase por darle armas a más de 170.000 esclavos que tenían por misión proteger la capital.
El problema llegó cuando los esclavos, armados, traicionaron a Di Xin y se cambiaron de bando, combatiendo a favor de los Zhou quienes habían logrado de esta forma triplicar sus fuerzas.
Por si fuera poco, muchos de los soldados del Rey se negaron luchar en favor de los corruptos y dejaron sus lanzas al revés mostrando su decisión de no luchar.
Con todo, la batalla estuvo igualada y sangrienta y en la recta final, viéndose acorralado, Di Xin decidió esconderse en su palacio. Allí, se adornó con todas las joyas que pudo y prendió fuego a la sala en la que se encontraba hasta su muerte.
Daji, fue capturada por los Zhou y fue ejecutada, mientras que la población fue alimentada después de que el granero imperial de arroz fuera abierto al público. Este fue el punto y final de la Dinastía Shang y el comienzo de la Zhou.
La dinastía Zhou. Primeros reyes sabios
La Dinastía Zhou (1050 a C – 256 a C). Tras derrotar a los Shang, los Zhou gobernaron la china y organizaron el reino dividiéndolo en estados o provincias.
Bajo esta dinastía florecieron el arte ornamental, surgieron pensadores extraordinarios como Confucio y comenzó a escribirse la literatura clásica china.
Para muchos esta nueva dinastía fue una bendición. Fue el traspaso de poderes de una dinastía corrupta y que solo pensaba en sus propios intereses y otra plagada de hombres virtuosos que pensaban en el bien del pueblo.
El Rey Zhao de Zhou, y su inepto gobierno
Durante los 39 reyes de esta dinastía hubieron reyes sabios y buenos (especialmente los tres primeros) y otros que volvieron al camino de la corrupción y los intereses personales. Fue el caso del Rey Zhao de Zhou, el cuarto rey de la dinastía que hizo tambalear su gobierno después de que pensara más en satisfacer sus aficiones personales a las plantas y los animales raros y no tanto a los problemas del gobierno.
Conociendo su afición por los animales, una tribu enemiga decidió tenderle una trampa. Anunciaron que habían encontrado un pájaro extraño en el estado de Chu y, una vez allí, después de cruzar el río Han, se vio involucrado en una batalla que le hizo retroceder y meterse en un barco, el cual, sufrió una fuga de agua y se hundió, lo que provocó su muerte por ahogamiento. Su reinado fue precedido por Mu, su hijo.
Mu y su reinado hasta los 105 años
Mu decidió volver a los orígenes de las dinastías chinas en los que el poder se pasaba a través de méritos y no a través de padres a hijos. Fue muy ambicioso y llegó a viajar más de 90.000 kilómetros hacia el oeste tratando de acabar con los invasores del oeste y expandir la influencia de China todo lo que pudo. Pese a lo que había siempre predicado, tras su muerte su sucesor fue su hijo, Gong de Zhou.
El Rey Yi (Xie) de Zhou, noveno rey de la dinastía y el principio del fin
Después del rey Mu, le siguió el rey Gong, tras él gobernó Yi, le siguió Xiaowang y tras él, Yi (Xie) de Zhou, el noveno rey de la Dinastía que se le atribuye ser uno de los peores reyes, acusado de haber ejecutado a un hombre echándole un caldero de agua hirviendo por encima, y tener que afrontar numerosas guerras en el sur. Su poder no fue fuerte y los gobernantes regionales no obedecían a la corte.
Su hijo, el Rey Li, no solo siguió los pasos de su padre, sino que los empeoró. Fue un rey corruputo y decadente, lleno de placeres y vicios, subió los impuestos para aumentar su riqueza y aprobó una ley que permitía la pena de muerte a cualquiera que hablase contra de él.
Los ciudadanos enfadados por la situación, comenzaron una rebelión que le obligó al exilio. Uno de sus ministros del Rey encontró a su hijo al que querían matar y lo mantuvo escondido hasta la muerte de su padre, lo cual le convirtió en el nuevo Rey.
No obstante, mientras el hijo no era mayor de edad, la Dinastía estuvo en manos de los duques de Zhou y de Shao, lo que se conoció como la Regencia Gonghe. Durante esta dinastía se realizó un concienzudo estudio sobre la historia China hasta ese momento y, gran parte de lo que se conoce es gracias a la labor de dicha regencia.
El fin del Zhou occidental y el comienzo del Zhou del este
Cuando Xuan de Zhou, hijo del Rey Li fue mayor de edad, pasó a ser el nuevo rey. Su principal preocupación fue recuperar la autoridad real y luchar contra los bárbaros occidentales.
Tras su muerte, su hijo You de Zhou entró al poder. You de Zhou, que estaba casado y tenía hijos, tuvo otro hijo de nombre Bofu con una concubina llamada Bao Si. Se enamoró tanto de ella que depuso a la reina y al príncipe heredero y puso a estos en su lugar.
Como es habitual en la historia China, el Rey estaba obsesionado con contentar a su nueva mujer, Bao Si, quien no reía con facilidad. Tratando de lograrlo se le ocurrió un día encender las antorchas de alarma que indicaban que les estaban atacando.
Cuando los nobles llegaron al castillo dispuestos a luchar y vieron que no pasaba nada, la reina logró sonreír ante aquello. Pese a todo lo que eso suponía, seguía abusando continuamente del uso de antorchas hasta que un día perdió por completo la confianza de los nobles.
El padre de la reina que había sido suplantada por Bao Si, enloqueció al conocer la deposición de su hija y montó un ataque contra el rey. You de Zhou, encendió entonces las antorchas reales para llamar a los nobles, quienes, pensando que era otra de sus bromas, decidieron no acudir.
El Rey fue asesinado y en su lugar fue puesto Yiju, el primero de sus hijos madre de la reina que había sido depuesta. En ese momento se decidió cambiar la capital de sede hacia el este, puesto que la capital había quedado gravemente dañada y la cercanía respecto a múltiples enemigos impedía que el gobierno prosiguiera en dicha posición.
El período de Primaveras y Otoños
A partir de este momento, comenzó el período de Primaveras y Otoños, una época caracterizada por la pérdida de poder de los Zhou, considerado como un período de transición, y la implantación de un sistema feudal que trabajo una relativa tranquilidad en donde los grandes estados se aprovecharon de los más débiles para sacar beneficio en su intervención en aquellos estados más pequeños cuando se producían luchas internas.
Tras este período surgió el período conocido como Reinos combatientes y que dio lugar a la unificación de China durante la Dinastía Qin.
Así era la cultura china en sus inicios
Es conocida la importancia y la influencia que la cultura china ha ejercido en la del resto del mundo, pero también una de sus características es la de haber existido en un mundo cerrado que se resistía a abrirse al mundo y a dejar que el resto del mundo la enriqueciese.
La Muralla China, el mayor ejemplo de la arquitectura del país
En la arquitectura china encontramos maravillas como La Gran Muralla que fue pensada en principio como una fortificación, pero que fue construida finalmente como frontera para protegerse de los ataques nómadas xiongnu procedentes de Mongolia y Manchuria.
Declarada Patrimonio de la Humanidad, La Gran Muralla China tardó casi dos mil años en acabarse en sus sucesivas etapas y su extensión abarca unos 21 200 kilómetros de largo, desde la frontera con Corea al desierto de Gobi.
El primero de los grandes tramos fue levantado alrededor del año 300 a C. por Shihuandi para lo que empleó una masa de trabajadores esclavos de unos 300 000 hombres entre campesinos, antiguos soldados y cautivos que eran sometidos a durísimas condiciones. Si morían a pie de obra sus cuerpos eran arrojados a los cimientos.
Otras de las aportaciones chinas a la arquitectura humana con las pagodas, edificios de varios pisos con techos superpuestos uno encima de otro.
Los Guerreros de Terracota
Los Guerreros de Terracota son otra valiosa herencia cultural china. El emperador Qin Shi Huang mandó construir las figuras de más de 8000 guerreros y caballos a tamaño real, y que fueran enterrados en el mausoleo donde él mismo iba a ser sepultado, con el fin de custodiar la tumba del emperador situada debajo de ellos.
La pintura y la literatura China
La pintura china surgió a partir de su caligrafía. Fundamentada en el pincel, el tintero, la tinta y el papel, las técnicas pictóricas chinas se inspiran en su forma de mostrar su caligrafía.
La literatura china está representada por su característica caligrafía basado en ideogramas. Este sistema escrito chino trata de transmitir ideas, imágenes, anagramas y palabras usadas por las primeras poblaciones del país.
Atila, rey de los Hunos
Conocido en Occidente por el título de El azote de Dios, Atila fue el último y el más despiadado rey de los Unos. Nacido hacia el año 400 d C, Atila perteneció a una tribu de guerreros procedente del noroeste de China y Asia Central.
Estos guerreros dominaban como nadie el arte de la guerra, viajaban montados en pequeños y veloces caballos, eran muy certeros con el arco y se movían como nadie arrasando pueblos y conquistando tierras y países.
Cuando Atila alcanzó el trono, fundó el mayor imperio europeo de entonces, desde el 434 hasta el 453, año en que murió. Sometió a Europa y sus guerreros se emplazaron por todo el continente desde el río Danubio hasta el mar Negro y los países bálticos.
Principal enemigo del Imperio Romano, Atila sitió Constantinopla y estuvo a punto de tomar la ciudad de Roma. Cuando el rey de los Hunos se presentó a las puertas de la ciudad eterna, León I, el Papa Magno, salió al encuentro del Atila a la cabeza de una comitiva que avanzaba entonando cantos en latín. La historia no acierta a darnos una explicación clara de lo que ocurrió, pero lo cierto es que, tras la entrevista, Atila decidió retirarse dejando el sitio de Roma sin derramar más sangre. A la muerte de Atila, el imperio de los Hunos se extinguió a causa de las luchas de poder.
Mitos y criaturas legendarias
Contadas de padres a hijos, a lo largo de los siglos los chinos han ido transmitiendo a sus hijos y nietos las leyendas que se cuentan sobre los seres mitológicos chinos.
Los principales de estos seres mitológicos que durante milenios ha fascinado a los habitantes del país asiático son: el dragón azul, el tigre blanco, el pájaro bermellón y la tortuga negra.
Qinglong es el nombre por el que se conoce al dragón azul. Representa al Este en las constelaciones china. Su estación es la primavera y representa la virtud de la Ética.
Zhu Que o pájaro Bermellón es el Sur y representa la Sabiduría y al verano. Este ave es un ser híbrido que poseía cabeza de pollo, cuello de serpiente, cola de pescado, barbilla de golondrina y está adornado con plumaje de colores vivos.
Baihu es el tigre blanco y señala el Oeste, representa el otoño y cuenta como virtud la Justicia. Es el guardián de la sabiduría de Buda y de las enseñanzas de la humanidad. Como virtud simboliza la fuerza y los ejércitos. El tigre blanco es el rey de todos los animales y señor de las montañas. El tigre además se considera un amuleto que favorece la riqueza.
Xuanwu es la tortuga negra. Es el Norte, muestra el invierno y tiene como principal valor el de la Fe. En la cultura china, las tortugas cuentan con características divinas, poseen mucha sabiduría y una vida larga.