miércoles, 29 de julio de 2020

La gran Colombia




Gran Colombia es un país extinto de América creado en 1819 por el congreso reunido en la ciudad de Angostura a través de la Ley Fundamental de la República (ratificada después por su contraparte reunida en Cúcuta en 1821) por la unión de Venezuela y la Nueva Granada en una sola nación bajo el nombre de República de Colombia,a la que luego se adhirieron Panamá (1821) y Ecuador (1822). El término Gran Colombia se emplea por la historiografía para distinguirla de la actual República de Colombia, cuyo territorio por entonces era conocido como Nueva Granada/Cundinamarca.

Esta república existió jurídicamente entre 1821 y 1831 y se configuró a partir de la unión de las anteriores entidades coloniales del Virreinato de la Nueva Granada, Capitanía General de Venezuela, Presidencia de Quito y la Provincia Libre de Guayaquil.Su superficie correspondía a los territorios de las actuales repúblicas de Colombia, Ecuador, Panamá y Venezuela (incluyendo la Guayana Esequiba, en reclamación guyano-venezolana); y otros territorios que pasaron a Brasil, Perú, Nicaragua, Costa Rica y Honduras por acuerdos internacionales celebrados entre estos países y las repúblicas surgidas de la disolución grancolombiana.

Si bien la Gran Colombia fue creada mediante la Ley Fundamental de la República de Colombia expedida durante el Congreso de Angostura (1819), el Estado como fruto de la unión de dichos territorios no vio la luz hasta el Congreso de Cúcuta (1821), donde se redactó la Constitución nacional con la cual se implementó y reglamentó su creación, al igual que la vida política e institucional del nuevo país.

El país se disolvió a finales de la década de 1820 e inicios de los años 1830, por las grandes diferencias políticas que existían entre partidarios del federalismo y el centralismo, así como por las tensiones regionales entre los pueblos que integraban la república.






martes, 28 de julio de 2020

Segunda Guerra mundial


SEGUNDA GUERRA MUNDIAL (1939-1945) 

La Segunda Guerra Mundial llegó a convertirse en una guerra total en la que Europa y los países de otros continentes quedaron involucrados. Se libraron batallas en el Pacífico, el lejano Oriente, en África del norte, en Rusia, así como en Europa central y en el Océano Atlántico, por lo que se crearon dos que bloques que se enfrentarían, por un lado el Nací Fascista compuesto por Alemania, Italia, Japón y por el otro los Aliados Inglaterra, Estados Unidos Francia, la URSS. 

La forma en la que se había practicado la guerra en los últimos años se vio modificada generando el caos y el terror entre la población civil. Esta pasó a ser uno de los principales objetivos de ataque. Las ciudades fueron bombardeadas e incendiadas provocando la muerte de millones de inocentes. El total de muertos fue seis veces mayor que en la Primera Guerra Mundial (60 millones de personas). Es importante tener en cuenta que, la mayoría de las causas que llevaron a la Segunda Guerra Mundial, tuvieron su origen en los problemas no resueltos a raíz de la Primera Guerra Mundial. El período de entreguerras estuvo plagado de conflictos políticos, económicos y sociales. La crisis de 1929 y sus efectos devastadores agravaron el clima de tensión reinante. 

En Alemania, la humillación por el Tratado de Versalles, la crisis económica y la llegada al poder de Hitler y el Nazismo produjeron un sentimiento de revancha que culminó con una política agresiva y belicista hacia el resto de Europa. La política exterior de Hitler se dirigía a la concreción de la formación de un Imperio o Reich que integrara a todos los pueblos de lengua alemana en territorios aptos para su desarrollo y seguridad (avanzando hacia el este en la búsqueda del espacio vital). 

Las democracias estaban debilitadas y se sentían amenazadas entre los sistemas fascistas y el comunismo (URSS). El miedo a la expansión del comunismo llevó a muchos países, sobre todo a Francia y a Gran Bretaña a tomar una política denominada de “apaciguamiento”. Esto significó que no adoptaron una táctica firme y decidida que detuviera los avances de Hitler. En realidad dejaron que Alemania actuara con la esperanza de que esto evitara la guerra. Sin embargo, el inicio de la Guerra fue inevitable. El 1º de septiembre de 1939 con la invasión a Polonia por parte de Alemania se desató la Segunda Guerra Mundial. Esta fue la causa inmediata del conflicto, pero los enfrentamientos ideológicos (liberales, nazi-fascistas y comunistas), los problemas étnicos (derivados del tratado de Versalles), sumados a las tensiones y a las crisis (desempleo, deseo de venganza, entre otros) fueron las causas profundas del conflicto.

El conflicto puede dividirse en tres fases: 

La Primera 

(1939-1941): la invasión a Polonia, generó la declaración de guerra de Francia y de Gran Bretaña a Alemania. Durante este período se peleó en Europa, con excepción de los combates en el Atlántico y en el frente egipcio. 

La Segunda 

(1941-1943): ingresa al conflicto Japón y los Estados Unidos, (después del ataque japonés a Pearl Harbour en el Pacífico). Alemania ataca a la URSS. La guerra toma una dimensión mundial. 

La tercera 

(1943-1945): retroceso del eje nazi-fascista y el triunfo de los aliados. El final llegó en 1945, cuando los alemanes, luego de resistir por casi dos semanas el ataque ruso debieron rendirse. Hitler se suicidó en el refugio que estaba sólo a unos cientos de metros de las tropas soviéticas. Los japoneses continuaron el conflicto por algunos meses más. El 6 de agosto de 1945 en Hiroshima y el 9 en Nagasaki, dos bombas atómicas terminaron con el Imperio Japonés y su total rendición. 


ACTIVIDAD 

En relación con lo leído sobre las causas de la Segunda Guerra Mundial reflexiona: 

1. ¿Se puede afirmar que el inicio del conflicto se debió exclusivamente a la invasión a Polonia por parte de Alemania? Fundamenta tu respuesta.


2. ¿Quiénes se enfrentaron?

Durante la Segunda Guerra Mundial se enfrentaron dos bloques de Países
: ¿?

Realiza un cuadro en donde expongas los países:enfrentados

Presidente, gobernador y alcalde



Muchos se han preguntado cuáles son las funciones del Presidente, y cuál es su responsabilidad a la hora de ser elegido. Con el motivo de la posesión de Juan Manuel Santos y con el fin de resolver algunas dudas sobre el trabajo que tiene que desempeñar nuestro mandatario, traemos a colación el Artículo 115 de la Constitución Política de Colombia, que dice lo siguiente:

"El Presidente de la República simboliza la unidad nacional y al jurar el cumplimiento de la Constitución y de las leyes, se obliga a garantizar los derechos y libertades de todos los colombianos."

Artículo 188. Constitución Política de Colombia "El Presidente de la República es Jefe del Estado, Jefe del Gobierno y suprema autoridad administrativa.

El Gobierno Nacional está formado por el Presidente de la República, el Vicepresidente de la República, los ministros del despacho y los directores de departamentos administrativos.

El Presidente de la República y el Ministro o Director de Departamento correspondientes, en cada negocio particular, constituyen el Gobierno.

Ningún acto del Presidente, excepto el de nombramiento y remoción de Ministros y Directores de Departamentos Administrativos y aquellos expedidos en su calidad de Jefe del Estado y de suprema autoridad administrativa, tendrá valor ni fuerza alguna mientras no sea suscrito y comunicado por el Ministro del ramo respectivo o por el Director del Departamento Administrativo correspondiente, quienes, por el mismo hecho se hacen responsables.

Las gobernaciones y las alcaldías, así como las superintendencias, los establecimientos públicos y las empresas industriales y comerciales del Estado, forman parte de la Rama Ejecutiva."

Sin embargo, en la página de la Presidencia de la República, encontramos las principales funciones de esta entidad:
Organizar, dirigir, coordinar y realizar directamente si fuere el caso, las actividades necesarias que demande el Presidente del a República, para el ejercicio de las facultades Constitucionales que le corresponde ejercer, con relación al Congreso y con la administración de justicia.

Organizar, asistir y coordinar las actividades necesaria que demande el Presidente de la República, para el ejercicio de las facultades Constitucionales que el confiere ejercer como jefe del estado y suprema autoridad administrativa, y disponer los necesario según sus instrucciones, para la eficiente y armónica acción del gobierno, representándolo, cuando así lo demande, en la orientación y coordinación de la administración pública y de sus inmediatos colaboradores en la acción de Gobierno.

Hacer las veces de Secretario Ejecutivo en los Consejos, Comités o demás organismos de consulta, asesoría, coordinación o apoyo que dependa directamente del Despacho Presidencial.

Divulgar los actos del Gobierno nacional y coordinar lo referente a una adecuada difusión de la gestión Gubernamental.

Apoyar al Presidente de la República en los Diagnósticos, estudios, análisis y demás actividades que contribuyan a la formación de criterios, conceptos o formulaciones que éste desee definir.

Apoyar al Presidente de la República en el estudio de la legalidad y conveniencia de los distintos actos legales, administrativos y reglamentarios de los cuales conozca el primer mandatario.

Prestar el apoyo logístico y administrativo, que se demande para el ejercicio de la facultades y funciones Presidenciales



¿Cuáles son las once funciones principales de un Alcalde?


A continuación, un detalle de todas sus funciones principales: 
1. El órgano ejecutivo del gobierno local, liderado por el Alcalde, actúa como el representante legal de la Municipalidad y su máxima autoridad administrativa. 
2. El Alcalde debe convocar, presidir y dar por concluidas las sesiones del Concejo Municipal, según la ley Orgánica de Municipalidades. 
3. Tiene la responsabilidad de ejecutar todos los acuerdos que se realicen frente al Concejo Municipal. 
4. Debe proponer al Concejo Municipal distintos proyectos de ordenanzas y acuerdos, para mejorar la calidad de su localidad. 
5. Todas las ordenanzas deben ser promulgadas por el Alcalde, quien además, debe disponer de su publicación. 
6. Dirige la formación y somete a aprobación del Concejo Municipal el plan integral de desarrollo sostenible local, al igual que el programa de inversiones. 
7. Está encargado de aprobar el presupuesto de su Municipalidad, en caso de que el Concejo Municipal no lo apruebe. 
8. Tiene por obligación defender y cautelar todos los derechos e intereses de la Municipalidad y sus vecinos. 
9. Debe llevar a cabo los actos, contratos y convenios necesarios para el correcto ejercicio de todas las funciones de la Municipalidad. 
10. Propone al Concejo Municipal la creación, modificación, supresión o exoneración de contribuciones, tasas, arbitrios, derechos y licencias. 
11. Tiene que resolver, en última instancia administrativa, los asuntos de su competencia, de acuerdo con el Texto Único de Procedimientos Administrativos de la Municipalidad."



Funciones y responsabilidades del Gobernador 

Designar un delegado de la administración del departamento que realice las actividades de coordinación del Registro Único de Damnificados a nivel departamental. 
- Enviar los datos del delegado (nombre completo, cargo, dirección, teléfono celular y correo electrónico) a los siguientes correos electrónicos de la Dirección de Difusión, Mercadeo y Cultura Estadística en DANE Central: jinunezb@dane.gov.co y spenarandag@dane.gov.co 
Apoyar a las autoridades locales para garantizar la debida cobertura del operativo de Registro en cada uno de los municipios. En coordinación con la Agencia Presidencial para la Acción Social y la Cooperación Internacional- 
Acción Social, enviar oportunamente mediante oficio remisorio al delegado municipal (designado por el alcalde) de los municipios afectados que están en su jurisdicción, los formularios a los puntos de capacitación para su diligenciamiento. 
Recibir de las alcaldías municipales los formularios diligenciados con sus respectivos formatos de control. 
- Remitirlos diariamente debidamente relacionados bajo oficio firmado por el delegado del Gobernador para grabación a la sede territorial del DANE correspondiente a su jurisdicción. 





lunes, 27 de julio de 2020

Participación y democracia



La participación ciudadana se ha instalado transversalmente en el discurso de los actores políticos, fundamentalmente por la crisis de legitimidad que afecta a las instituciones de la democracia representativa. Por tal razón, las propuestas de profundización de la democracia y apertura de las instituciones del Estado a la ciudadanía, encuentran una valoración positiva tanto en la sociedad civil como en la élite política. No obstante, dicha transversalidad en los debates sobre democracia y participación ciudadana, en ocasiones se observa cierto grado de ambigüedad de lo que significa esta última, lo cual, muchas veces provoca una falta de referencias empíricas para la adecuada implementación de dichos mecanismos en la gestión pública.

La discusión sobre los tipos o modelos de democracia en ocasiones no logra traducirse en mecanismos de participación ciudadana que efectivamente puedan ser aplicables a la realidad donde se desenvuelven los regímenes democráticos. Más aún cuando se observa que producto de la globalización y creciente revitalización de la ciudadanía, en la práctica se ha provocado un distanciamiento de ésta, con la acción de gobierno y el sistema democrático en general, por la carencia o deficiencias sistémicas de mecanismos de participación que permitan canalizar los intereses y las demandas de la ciudadanía.

Dado este contexto, muchas veces se entiende que hablar de democracia y participación, solo se reduce a diseños institucionales restringidos a los elementos formales de la condición de ciudadanos, a quienes se garantiza elegir o ser elegido. Con ello, se pierde buena parte de la legitimidad de una democracia que sólo mantiene abiertas las puertas de los ritos formales e institucionales. Se consolida entonces, con deficiencias crecientes, el modelo de democracia por elecciones, donde el ciudadano, entre una elección y otra, queda al margen de las decisiones sobre política y asuntos públicos. El riesgo de esta práctica de la democracia es que tiende a agotarse cuando la participación y la democracia se limitan a las elecciones cada cierto periodo de años y la gran mayoría de la población queda excluida de la participación en las decisiones inherentes a sus intereses cotidianos.

Existe consenso en la literatura que aborda esta materia, que el complemento de la democracia representativa con la democracia participativa es el camino para profundizar la democracia. Basado en ello, el propósito de este artículo es sintetizar los roles que juega la participación ciudadana en los diferentes enfoques y modelos de democracias e identificar los mecanismos que permiten ponerla en práctica, con el objetivo de ofrecer un conjunto de herramientas conceptuales que puedan ser de utilidad en pos de profundizar la democracia y complementar las instituciones representativas con dispositivos de participación.

Para concretar dicho propósito, se realizó una revisión del estado del arte en materia de democracia y participación ciudadana; específicamente se identificaron los principales niveles y mecanismos que son frecuentemente citados en la literatura. Se sistematizó una tipología con el propósito que pueda facilitar la implementación de dichos mecanismos.

En este sentido, la metodología utilizada fue la revisión documental de artículos científicos publicados en bases de datos reconocidas académicamente, básicamente web of science, scopus, scielo y redalyc.

La investigación se organiza de la siguiente manera. En un primer apartado se analiza el debate de los tipos de democracia y el lugar que cada uno le asigna a la participación ciudadana; para ello, se revisan los enfoques de democracia normativa y descriptiva, junto con los modelos de democracia representativa, participativa, deliberativa y radical. Posteriormente, se presenta una descripción de los mecanismos de participación y su respectiva clasificación en niveles de influencia que se encontraron en la revisión de la literatura. Finalmente, se ofrecen algunas conclusiones.

1. Modelos de democracia y participación ciudadana

El origen de la participación ciudadana se circunscribe ineludiblemente a la democracia, que desde la antigua Grecia entiende al ciudadano como poseedor de virtudes cívicas puestas a disposición del bien común, donde su participación en los asuntos públicos, es una condición fundamental para que la ciudad sea democrática (Dahl, 1992).Sartori (1993) advierte que, a la hora de definir la democracia, el sólo uso literal de la palabra no ayuda a comprender la realidad, ni cómo se construyen y funcionan las democracias posibles. A este enfoque, más cercano a la filosofía política, se le ha denominado como prescriptivo, normativo o axiológico, caracterizado por describir una construcción ideal del autogobierno del pueblo (Bobbio, 1989).

Por otro lado, existe una definición descriptiva o sistemática de la democracia. Esta muestra la relación con las experiencias democráticas, es decir, una descripción de las características que han dado forma a las democracias, configurando una aproximación a lo que es realmente. Realidades democráticas como régimen político en el que los ciudadanos desempeñan un papel más o menos gravitante en la toma de decisiones que les afectan en menor o mayor medida (Bobbio, 1989; Sartori, 1993; Casas, 2009). A partir de esta diferenciación, no se busca establecer un juicio de valor sobre cuál es la mejor forma de concebir la democracia, sino más bien ayuda a comprender que existen dos lentes para analizarla.

De acuerdo con Espinoza (2009), esta primera diferenciación entre el enfoque prescriptivo y descriptivo también puede aplicarse al concepto de participación ciudadana. Por ejemplo, en el enfoque prescriptivo la participación ciudadana debiera cumplir un rol en la resolución y transformación de los conflictos políticos mediante la creación y apropiación de espacios de discusión que permitan el debate racional, la interacción comunicativa y la incidencia en la toma de decisiones, cuya acción fortalece las instituciones democráticas.

En tanto, que en el enfoque descriptivo se desestima su importancia en la consolidación de los regímenes democráticos, más bien, la participación se centra en los mecanismos existentes que permiten que la sociedad participe y Espinoza (2009) resalta que dichos mecanismos tienen un carácter instrumental para la autoridad, o simplemente queda restringido a los procesos de elección delimitada por las propias instituciones políticas, fundada en lo medular de la democracia representativa, donde el demos no se autogobierna sino que elige representantes para que lo haga. La distinción entre una democracia ideal y una democracia real permite entender que la participación de los ciudadanos en los asuntos públicos está presente en ambos, pero cumpliendo fines diferentes.

Analizar la participación de los ciudadanos desde una línea de tiempo como una mera comparación entre tiempos modernos y antiguos, resulta infructuosa tanto por el tamaño de las democracias como por la caracterización del ciudadano. En otras palabras, entender –y aspirar a- una participación ciudadana similar a la democracia ateniense, sin desmerecer su aporte normativo, sería un velo oscuro que no permitiría conectarse con una realidad inalterable. Por ello, resulta mucho más pertinente analizar las formas y mecanismos de participación de los ciudadanos en el marco de las democracias modernas, específicamente, desde los diversos enfoques en la teoría de la democracia que postulan distintos modelos de la misma.

La literatura reconoce que la expresión de los diferentes modelos de democracia no es excluyente, más bien representan un complemento. Pensar que la democracia representativa y la democracia participativa, son autosuficientes por sí mismas, carece de viabilidad en la práctica, incluso si se trata de un análisis teórico. Es necesario precisar, que el complemento proviene de la democracia participativa, deliberativa y radical, es decir, “no son autosuficientes ni excluyentes a la democracia liberal” (Baños, 2006:36).

Cada uno de estos modelos de democracia plantea sus diversas alternativas a raíz de la crítica al sistema de representación democrático. Más allá de la caracterización de cada uno de estos modelos, que, por cierto, su diferenciación puede tomar otras clasificaciones, nomenclaturas o variedades según el autor, interesa observar el rol que desempeña, los márgenes de acción, o bien, los derechos que poseen los ciudadanos para desenvolverse en los asuntos públicos, es decir, las formas de participación que encuentra en cada uno de estos enfoques.

Por ejemplo, para Cebrián (2013) hablar de representación y participación en tiempos modernos, es hablar de democracia -y viceversa-. Este modelo –democracia liberal- se caracteriza por articular la voluntad popular mediante las instituciones políticas, principalmente la representación política, mecanismos y límites (división de poderes del Estado), Estado de derecho, libertades individuales y asociacionismo pluralista (Baños, 2006).

Los orígenes de la democracia representativa liberal, se remontan al siglo XVIII, donde Madison y los federalistas lo concebían como el mejor sistema para evitar la tiranía de la mayoría, separando a los ciudadanos de las decisiones públicas y evitando que influyeran las facciones con motivaciones pasionales. Sin duda, existía un rechazo hacia la democracia directa (antigua) y la solución era separar a los representantes de los representados, ya que estos últimos –en una sociedad comerciante- no tienen tiempo para ocuparse de los asuntos públicos.

En este esquema, la visión elitista señala que la representación estaba reservada para “quienes poseen mayor sabiduría y mayor virtud, a personas superiores y diferentes a conciudadanos” (Hernández, 2006:46). En la democracia representativa la participación de los ciudadanos se restringe a las elecciones periódicas de los representantes políticos que ofrecen diversos programas (Mill, 1985; Baños, 2006; Hernández 2006;Abellán, 2013; Casas, 2009).

Las principales críticas que se le hace a este modelo son en relación con la falta de efectividad de la representación política sobre las preferencias de los ciudadanos. En este sentido, se pueden evidenciar problemáticas como políticas públicas que no responden a la realidad social de una comunidad, o que los representantes se abocan a cumplir sus objetivos individuales, o actúan en función de intereses económicos de corporaciones y/o de los partidos políticos que cargan con una evidente apatía y desafección por parte de la ciudadanía (Baños, 2006; Hernández, 2006). En este contexto, además de los movimientos sociales que demandaban la apertura de la democracia en los años sesenta del siglo XX, surge la búsqueda por mejorar y perfeccionar la democracia, mediante la ampliación de la participación de los ciudadanos en las decisiones de gobierno, lo que se traduciría en mayores márgenes de gobernabilidad (Casas, 2009).

A este impulso democratizador se le conoce como “democracia participativa” que recoge fundamentos de la democracia antigua pero que su principal motivación, a pesar de criticarla, es complementar la democracia representativa. En este sentido, Macpherson (1977) sostiene que la libertad y el desarrollo individual sólo pueden alcanzarse plenamente con la participación directa y continua de los ciudadanos, en la regulación de la sociedad y Estado. Pateman (1970), agrega que la democracia participativa fomenta el desarrollo humano, intensifica un sentido de eficacia política. Así mismo, reduce el sentido de enajenación respecto a los problemas centrales, nutre una preocupación por los problemas colectivos y contribuye a la formación de una ciudadanía activa y sabia, capaz de tomar un interés más perspicaz por las cuestiones de gobierno y de esta forma contrarrestar el poder de los gobernantes (Baños, 2006).

Es en este modelo donde la participación de los ciudadanos cobra una real preponderancia, pero se enfrenta a diversos problemas como la ambigüedad de su concreción, a la creciente presencia de desigualdades económicas y sociales, a la resistencia de los grupos de poder y su limitación práctica al nivel local. Los mismos autores que describen las virtudes de la democracia participativa reconocen que su implementación presenta algunos obstáculos importantes, como las desigualdades de clase, sexo y raza que influyen negativamente cuando se quiere afirmar que los individuos son libres e iguales, y justamente en la carencia de recursos y oportunidades la participación activa en la vida política y social se vuelve sistemáticamente limitada.

Otro obstáculo tiene relación con la interferencia que podría ocasionar la participación de los ciudadanos en el proceso de acumulación de poder de una economía corporativa (Muñoz, 2004). Finalmente, un último problema tiene que ver con la limitación de la participación de los ciudadanos al ámbito local, o en el ámbito de trabajo, siendo este modelo insuficiente en la política nacional, viéndose restringido a la elección de representantes (Pateman, 1970; Baños 2006).

Ante las críticas a la democracia participativa sobre su escasa posibilidad de materialización en el ámbito nacional, aparece en los años noventa la “democracia deliberativa”, idea que recoge las aspiraciones de la democracia participativa y la articula con el esquema institucional de la democracia liberal (Baños, 2006). Si la participación ciudadana imprimía legitimidad a las decisiones políticas –desde el enfoque participativo- en el espacio local, aparecía la interrogante sobre la fuente de legitimidad para las leyes y las decisiones políticas del Estado.

En este debate, destacan los planteamientos de Habermas que, desde la teoría de discurso, explica que la fuente de legitimidad está en el proceso comunicativo donde prime la racionalidad, equidad y honestidad en las negociaciones (Habermas, 1998).



“Aquí confluye la pluralidad política, el respeto al derecho y el reconocimiento a los procedimientos institucionalizados de comunicación entre los ciudadanos y el Estado, por lo tanto, la participación de los ciudadanos traducida en el actuar comunicativo, debe ser ilimitado para lograr influir en la deliberación política” (Cuchumbé, 2010:89).



En este enfoque, el proceso de participación y deliberación excede los límites normativos y de la estructura institucional heredada de la tradición liberal, más bien se abre al espacio público que no se grafica en una asamblea popular o una cámara de representantes políticos, sino que es un espacio abstracto donde confluyen actores mediante discursos. En este espacio, la opinión pública ocupa un rol fundamental dado que una democracia deliberativa requiere de una ciudadanía activa y crítica, pero que excluye la violencia como método de acción política, las negociaciones falsas y la primacía de los poderes sociales o fácticos que en función de sus intereses obstaculizan una comunicación verdadera (Habermas, 1998;Pineda, 2002).

En una democracia deliberativa, lo que dialoga finalmente es el espacio público y las instituciones representativas. En la medida que las instituciones escuchen al espacio público y logren codificar sus mensajes, podría imprimir legitimidad a las decisiones políticas que por legalidad les pertenecen. Este modelo encuentra críticas producto de la exclusión de colectivos ciudadanos vulnerables y su lógica consensual evade el natural conflicto en la sociedad (Máiz, 2005; Baños 2006).

De esta última crítica se desprende el último modelo a analizar, conocido como “democracia radical”. Proveniente de la teoría crítica, profundiza los planteamientos de Habermas desde el pensamiento marxista, tomando distancia de la tradición liberal (Mejía y Jiménez, 2005). El camino para una consolidación real de la democracia es mediante el desacato civil, donde “el ciudadano es el responsable político de conducir dicho proceso en el que formule sus demandas democráticas y cree un espacio público de cara a la auto legislación democrática” (Mejía y Jiménez, 2005:17).

No obstante, desde la democracia radical existe otra visión que se aproxima de forma más moderada a la democracia representativa, ya que su motivación pasa por la inclusión de grupos minoritarios en los espacios de representación, mediante discriminación positiva. Entre estos grupos –críticos a la democracia liberal- se encuentra a los movimientos que reivindican la política de género y la multiculturalidad (Baños, 2006).

En síntesis, la democracia está íntimamente ligada a la participación ciudadana, por ser esta forma de gobierno la que reconoce una relación de derechos basada en la libertad e igualdad que se traduce al involucramiento de los ciudadanos en los asuntos del Estado. Dado el carácter polisémico de la democracia, es necesario comprender que tomar partido por una visión sea esta descriptiva, prescriptiva, representativa, participativa, deliberativa o radical, llevará a una comprensión parcial o incompleta.

Del mismo modo, una comparación entre la democracia antigua y moderna no debe terminar en un juicio de valor, cuando se sabe que los contextos son completamente diferentes. La discusión sobre modelos de democracia, en el fondo es una discusión sobre el rol que desempeñan los ciudadanos en la Polis, todas con características distintas, pero no excluyentes.

No obstante, los enfoques y énfasis de los modelos de democracia revisados, todos contienen y le asignan un rol al ciudadano en los asuntos públicos, el cual se materializa a través de mecanismos de participación ciudadana, los cuales se revisan en el siguiente apartado.


Derecho a la intimidad


¿En qué consiste el derecho a la intimidad?




Como bien lo sabemos, los colombianos tenemos derechos fundamentales, que están expresamente señalados en la constitución política y por lo tanto su vulneración implica grandes consecuencias. Uno de esos importantes derecho es aquel que se refiere a la Intimidad y en el presente artículo te lo explicaremos. No obstante, en caso de que tengas más dudas y necesites asesoría, recuerda que en MisAbogados.com.co estamos para responder todas tus inquietudes, déjanos tus datos y un especialista se contactará contigo.

¿Dónde se encuentra mencionado el derecho a la intimidad?

Por ser parte de los derechos fundamentales, este derecho lo encontramos en el artículo 15 de la constitución política de Colombia de la siguiente manera: “Todas las personas tienen derecho a su intimidad personal y familiar y a su buen nombre, y el Estado debe respetarlos y hacerlos respetar. De igual modo, tienen derecho a conocer, actualizar y rectificar las informaciones que se hayan recogido sobre ellas en los bancos de datos y en archivos de entidades públicas y privadas. En la recolección, tratamiento y circulación de datos se respetarán la libertad y demás garantías consagradas en la Constitución…. “
¿Cuáles son los límites del derecho a la intimidad?

Como bien vimos en Colombia la privacidad es un derecho fundamental, reconocido en la Constitución, y en el mismo artículo se establecen otros dos derechos conexos como son el de Protección de Datos Personales (Habeas Data) y el del Buen Nombre. Por lo tanto estos son límites del derecho a la intimidad.
¿Qué sucede si se sobreexpone mi información personal, que afecte mi intimidad, y por ende, pone en riesgo mi buen nombre?

Los ciudadanos generalmente entregamos información personal (teléfonos, número de cedula, fotos, correo electrónico, etc.) a diferentes entidades (bancos, universidades, centros comerciales, lugares de trabajo etc.), en caso de que su nombre o su información personal sea expuesta, la respuesta es muy sencilla: La ley General de Protección de Datos Personales, establece entras cosas lo siguiente “Nadie puede acceder a mis datos si yo no he dado la autorización para que los conozcan”.
Esta ley establece requisitos mínimos que debe cumplir las empresas para el tratamiento de datos personales, no importa al sector que pertenezca, ni su tamaño; el incumplir la norma acarrea sanciones.
¿Cuáles son esas sanciones?

Para cualquier persona registrada en una base de datos, el uso inadecuado de su información personal puede generarle riesgos en su reputación, en el ámbito financiero, en su buen nombre, peor aun cuando la información circula en la web y no puede ser controlada con facilidad.

Es por eso que la Superintendencia de Industria y Comercio a todas aquellas entidades que violen este derecho, las sanciona con multas de hasta $ 100.000.000 según sea el caso más la correspondiente indemnización por perjuicios causados.


Los imperios del creciente fértil

Bajo el nombre de Creciente Fértil se conoce un área que limita al norte con la cordillera del Cáucaso y al sur con el desierto de Arabia, y que se extiende desde Palestina hasta los montes Zagros, al suroeste de Irán.

Como su nombre indica, se trata de una región muy fértil marcada por la presencia de los ríos Tigris y Éufrates. Estos dos ríos ofrecieron las condiciones necesarias para que el hombre se dedicara a la agricultura por primera vez: su caudal abundante hizo posible las labores de regadío, a pesar de ser una zona montañosa y desértica, y los aluviones (sedimentos) que arrastraban las corrientes servían de fertilizantes.

El control del agua y el excedente de alimentos que implicó la agricultura fueron factores básicos para el auge de las primeras ciudades de Mesopotamia, que fueron también las primeras de la historia.





miércoles, 15 de julio de 2020

América Latina en el siglo XIX


“AMERICA LATINA EN EL SIGLO XIX” 






A mediados del siglo XIX, Comienza a consolidarse una relación económica entre Inglaterra, otros centros industriales europeos y las sociedades latinoamericanas. Los primeros demandaban nuevas materias primas y alimentos, a su vez realizaban inversiones de capital en América Latina. Esto provocó la reorganización de las economías y las sociedades latinoamericanas por lo que se llevaron a cabo reformas liberales, estas tenían como objetivo garantizar el libre acceso de los capitales, la compra de tierras y la libre contratación de mano de obra. 

La Mayoría de las tierras pertenecen a la Iglesia Católica y los Indígenas, por lo cual, no podían ser explotadas. A través de las reformas liberales, las tierras fueron expropiadas y los indígenas expulsados de ellas, generando que ahora estas comunidades fueran contratadas como mano de obra. Esto ocurrió particularmente en México y Perú. 

Para la Consolidación y expansión del Capitalismo, necesitaban abolir la esclavitud y difundir la mano de obra asalariada. Este fue un proceso lento ara los países de América Latina. A Excepción de Haití, donde la causa del fin de la esclavitud fue por una revuelta de los mismos esclavos. Aun Así, esto no provocó la disfunción del trabajo asalariado. 

Los Centros Industrializados se especializaron en la producción de manufacturas, en la creación de nuevas tecnologías y en la acumulación de capital, mientras que los países no industrializados se dedicaban a la producción de materias primas y alimentos requeridos por el primer grupo. El segundo grupo debió modificar su economía y se incorporó al mercado internacional como periferia capitalista. 

Entre 1850 y 1880, se fijó un pacto colonial entre los países latinoamericanos y los centros industrializados europeos, los cuales intercambiaban sus principales productos. Este orden colonial impactó en la sociedad. 

En el mismo periodo de tiempo, en nuestro país comenzó la instalación del ferrocarril para unir la ciudad de Puerto Rosario y Córdoba. Con la implementación de este medio de transporte y la mano de obra necesaria para la agricultura, comenzaron a formarse núcleos urbanos en las que antes eran zonas despobladas. Uno de estos núcleos urbanos finalmente constituyó lo que hoy es nuestra ciudad. 

Con la inclusión de América Latina al mercado internacional nacen tres (3) economías: 

ü Economía Exportadora de Productos Agrícolas de Clima Templado: (Uruguay y Argentina. 

ü Economía de Productos Agrícolas de Clima Tropical: (Brasil, Colombia, Ecuador, México, Venezuela, América Central y el Caribe). 

ü Economía Exportadora de Productos Minerales: (México, Chile, Bolivia y Venezuela). 

Algunas sociedades latinoamericanas poseían el control, capital y tecnológico necesario para explotar los territorios y poder abastecer se, esta forma de organización se llamaba control de la producción. En las regiones que no poseían dichos recursos, los capitalistas extranjeros optaron por producir las materias primas que les eran necesarias en tierras latinoamericanas, ya que les era más barato y poseían los recursos necesarios. Estos estaban a cargo del sector productivo-explotados y debían también pagarle impuestos al Estado. 

El descubrimiento de yacimientos de oro en California originó un fuerte proceso de inmigración hacia la zona, por este aumento de la densidad de población se incrementó la demanda de productos indispensables (alimentos) e impulsó las economías de Latinoamérica, en especial Chile y México. 

En toda América Latina existió una diferencia entre los propietarios y los trabajadores. En Chile, Bolivia, México y Venezuela los obreros de los enclaves mineros se diferenciaban de los demás grupos sociales. En Brasil se mantuvo la esclavitud por lo que limitó el crecimiento del mercado interno. En Argentina, la necesidad de desarrollar industrias favoreció a un grupo social integrado por obreros urbanos, trabajadores y empleados relacionados con el comercio. 

El descubrimiento de oro en California aumento el tránsito de viajeros por el Istmo de Panamá, que era la ruta más conveniente. Estados Unidos intentó acortar el tiempo de viaje mediante un ferrocarril transoceánico. Por la presencia de este país, Gran Bretaña impulso a la firma de un tratado, el cual declaraba neutral a la zona del Istmo y prohibido a las potencias contratantes adquirir territorios. Una empresa llevo a cabo el proceso de creación del canal, pero quebró y el proyecto fue llevado a cabo por el ejército estadounidense quien pago todos los gastos. Esto le facilitó extender su influencia en la región. A finales del siglo XIX Estados Unidos se veía amenazado por la competencia imperial, por lo que se consideraba imponer su dominio en América Central y el Caribe. Luego de la Independencia de Cuba, se firmó un tratado mediante el cual, Estados Unidos podía controlar políticamente la región. Puerto Rico se convierte en una de esas colonias y Cuba queda bajo el dominio militar estadounidense. Cuando EE.UU se retira de la isla, Cuba se convierte en republica pese a que en su constitución algunos artículos beneficiaban a los Estados Unidos. Autores: Bianconi Lara – Quiroga Florencia – Tassile Evelyn – Zanón Aldan. 

ACTIVIDAD 

1. Extrae de la lectura las ideas principales e identifica las palabras desconocidas para consultar su significado. 

2. Argumenta desde qué momento se implementa el sistema capitalista en territorio americano. 

3.¿Cuál fue la razón por la que se produjo la eliminación de la esclavitud en territorio latinoamericano durante esta época? 

4. Construye a partir del texto un Mentefacto Categorial. 

5. Redacta un Acróstico con las palabras “AMERICA LATINA.

Continente de América

AMERICA  Cuenta con más de 1200 millones de habitantes. Se encuentra dividida en tres subcontinentes, siendo el segundo más grande del mundo...