En la actualidad se ha convertido en tema indispensable el ejercer una responsabilidad como ciudadanos. El habitar en comunidades, en colonias, se ha convertido en un tema que nos afecta en diferentes aspectos. Reglas y leyes se han creado desde el gobierno para forzar a los ciudadanos a que hagan “lo correcto” por lo tanto es indispensable que los ciudadanos conozcamos y apliquemos no solo esas reglas, sino lo básico de la convivencia en sociedad. Uno de los primeros pasos para adquirir cierta responsabilidad cívica es conocer que significa ser “ciudadano” para luego saber que obligaciones y sobre todo que derechos nos corresponden como tales.
Para Paul Berry Clarke el “ser ciudadano significa participar tanto en la dirección de la propia vida como en la definición de alguno de sus parámetros generales; significa tener conciencia de que se actúa en y para un mundo compartido con otros y de que nuestras respectivas identidades individuales se relacionan y crean mutuamente” (tomado de Manual de poder ciudadano p. 28) Por lo tanto la responsabilidad cívica estará dada por cada una de las acciones que llevemos a cabo dentro de la sociedad y a propósito de la definición anterior también se deben considerar las acciones en casa y en la individual, refiriendo a que las acciones de uno tienen alguna repercusión en otro o en otros.
Lo siguiente sería reflexionar acerca del concepto “responsabilidad”. El cual debe ser considerado en las personas cuando se es capaz de justificar sus acciones, de explicar y de dar razón de lo que se hizo y por qué se hizo. Sin olvidar que la responsabilidad es una consecuencia de la libertad. (Ferrer, J. 2002) Les invitamos a responder las siguientes preguntas para fomentar la reflexión personal y generar un crecimiento como individuos y luego como ciudadanos
10 reglas de oro para convertirte en un buen vecino.
1.- Dales la bienvenida a tus nuevos vecinos:
Con sólo conocerte, ellos serán más conscientes de que existe alguien al otro lado del muro.
2.- ¿Lo rompiste? Reponlo:
No importa si fue tu perro o la pelota de tu hijo la que destruyó las macetas o el vidrio del vecino. Lo importante es que
debes reponerlo tan pronto sea posible.
3.- Cuida los espacios que sean compartidos:
Claro que no es tu responsabilidad limpiar los pasillos, no obstante, al cuidarlos como si fueran parte de tu propiedad (que
en cierto sentido lo son), evitarás fricciones innecesarias con tus vecinos.
4.- Ofrece tu ayuda cuando sea necesaria:
Si la familia de enfrente está a punto de viajar, no está de sobra que les preguntes si necesitan que recojas su
correspondencia, alimentes a su mascota o estés pendiente de cualquier evento que pudiera ocurrir respecto a su casa.
5.- Devuelve las cosas que pidas:
El vecino te regaló azúcar en una de sus tazas; regrésala lo antes posible y, de preferencia, con algún regalo simbólico de
agradecimiento.
6.- Respeta su privacidad:
Invadir la privacidad de los otros es una situación que además de ser incomoda puede traer consecuencias legales.
7.- Aprende de las costumbres de tus vecinos:
Más que diferencias, piensa en las costumbres de tus vecinos como una oportunidad de aprender y vivir experiencias
nuevas. Así se trate de los condimentos que usa, la música que escucha o sus costumbres; busca enriquecer tu vida en
lugar de sufrir.
8.- Evita ruidos innecesarios o fuera de horarios:
A nadie le molestará que tengas una fiesta de vez en cuando, pero evita echar la casa por la ventana entre semana, incluso
si estás de vacaciones.
También intenta que los ladridos de tu perro y los sonidos estruendosos (aspiradoras, martillazos) no se den en horas
inusuales.
9.- Soluciona con calma los problemas:
Invítalo a tomarse un café, sal a caminar con él, escríbele una carta...haz lo que sea necesario para discutir esos asuntos
que te molestan, sin alterarte.
Una vez que rebasas ciertos límites, ya no hay posibilidad de regreso.
10.- Celebra:
No hay mejor manera de construir vínculos amistosos con tus vecinos que invitarlos a una fiesta.
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