Economía y vida familiar
Al pensar en la economía nos vienen a la mente sobre todo los grandes protagonistas, como los bancos, las grandes empresas o los gobiernos; pero no pensamos en la familia, o si acaso creemos que la familia sólo recibe pasivamente las consecuencias, sean negativas o positivas, de la economía. La familia, en cambio, debería ser considerada y promovida como sujeto activo de la economía. De hecho, el término economía procede del griego “oikos”, casa, y “nomos”, ley, con lo que se apunta al original carácter de esta realidad y disciplina, vinculada al trabajo doméstico y, por ello, a la familia. Existe una relación significativa entre la familia y la economía porque la familia es en este caso una referencia de ética social. La economía la desarrollan las personas, el ámbito fundamental del desarrollo personal es la familia y en el intercambio de bienes y servicios también se hallan involucradas las familias. La persona debe ser considerada no como un individuo aislado, sino como alguien relacionado necesariamente con las demás personas, sin las cuales no puede alcanzar la propia perfección. De ahí la importancia de la familia como primer ámbito de relaciones humanas.
“Dondequiera que vivan en el mundo, les instamos a evaluar su situación económica para prepararse para la adversidad. Les instamos a ser moderados en sus gastos y a ejercer la disciplina en sus compras a fin de evitar las deudas… Si ya han pagado sus deudas y cuentan con una reserva económica, por pequeña que sea, ustedes y su familia se sentirán más seguros y disfrutarán de mayor paz en su corazón” (Preparad todo lo que fuere necesario: La economía familiar).
Toda familia tiene la responsabilidad de proveer de lo necesario para sus propias necesidades hasta donde le sea posible. La responsabilidad de administrar la economía familiar debe compartirse entre el esposo y la esposa con una actitud de confianza y franqueza. Administrar sabiamente las finanzas puede proporcionar seguridad y promover el bienestar de la familia. Los miembros pueden experimentar problemas financieros debido al desempleo, al gastar en exceso, en emergencias inesperadas o al mal manejo de las finanzas. El pagar un diezmo íntegro, vivir dentro de las posibilidades, ahorrar para gastos imprevistos y evitar las deudas son partes esenciales de la estabilidad económica.
¿Cómo puede mi familia administrar la economía?
Lleven un registro de sus gastos. Anoten y evalúen sus ingresos y gastos mensuales. Determinen la manera de reducir lo que gasten en cosas que no sean esenciales.
Utilicen esta información para establecer un presupuesto familiar. Planifiquen la cantidad que contribuirán como donativos a la Iglesia, cuánto ahorrarán y lo que gastarán en alimentos, vivienda, servicios públicos, transporte y ropa.
¿Cómo puede mi familia evitar las deudas?
El gastar menos de lo que se gana es esencial para tener seguridad económica. Eviten las deudas, con la excepción de la compra de una casa modesta o el pago de una educación académica u otras necesidades vitales. Si tienen deudas, páguenlas lo más pronto posible.
¿Cómo puedo enseñar a mi familia sobre las buenas prácticas financieras?
Enseñar a los integrantes de la familia los principios de la administración financiera. Permitan que participen en la creación de un presupuesto y en el establecimiento de metas económicas familiares. Enséñenles los principios del trabajo arduo, de la frugalidad y del ahorro. Recalquen la importancia de adquirir toda la educación académica posible.
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